Cuando sentimos ira descontrolada, así como la reprimida, tiene grandes consecuencias en nuestro entorno y especialmente en las personas que amamos. Pero además la ira también cambia nuestro carácter afectando en muchos ámbitos de nuestra vida. Hoy te contamos las consecuencias de la ira descontrolada, pero también las soluciones para mantenerla a raya.
En el trabajo
Estar enfadado en el trabajo, complica muchos más las cosas. Aumenta considerablemente la frustración y perjudica en el rendimiento diario, además de crear bloqueos cuando se tiene que afrontar cuestiones importantes.
En la salud
Tener reacciones descontroladas de ira, puede desencadenar en infartos. Cuando perdemos los estribos, aumenta la tensión arterial, la presión sanguínea, el ritmo cardíaco y respiratorio. La coagulación de la sangre se ve acelerada, ya que fluye con más rapidez la adrenalina y aumentan las plaquetas. Por otro lado reprimir la rabia también es contraproducente para la salud, muchos estudios han demostrado su relación con la arteriosclerosis.
Las relaciones sociales
El sentimiento de vergüenza se hace notable después de sufrir un ataque de ira, y más si se ha producido en un lugar público. El sujeto se siente abochornado, con mal carácter y tiende a no relacionarse con los demás. El resultado es que merma su posibilidad de relacionarse, lo que cambia su estilo de vida.
Consejos
La ira, en la mayoría de los casos, se debe a una insatisfacción personal que arrastramos, sin percatarnos de ello. El primer paso es asegurarte que tu vida está bien, que están satisfechas tus prioridades y que abogas por la paciencia, para resolver pequeños conflictos. Si te das cuenta que no es así, haz cambios en tu vida, como por ejemplo:
Hacer ejercicio físico, con él evitas la tensión y te ayuda a tomar distancia durante tu tiempo de entrenamiento de los conflictos de la vida diaria.
Meditar, hacer yoga o pasear te van a aportar momentos de relajación y desconexión muy necesarios para recuperar el equilibrio. Y espacios para tomar reflexión sobre que es lo que te está causando esas emociones que terminan en una ira descontrolada.
Busca soluciones a las situaciones que te causan estrés, cambiando si es posible, el lugar o las condiciones donde afrontarlas.
Aprende a expresar tus sentimientos, no solo con la palabra, sino con acciones. Dibujar, escribir puede ser un gran aliado para desprenderse de todo aquello que origina la ira.
Desarrolla el sentido del humor, nada es tan importante, busca el lado cómico de las situaciones. Es imposible enfadarse y reír al mismo tiempo.
Para terminar, comparto con ustedes una meditación guiada para sentirse libre de la ira. Me ha parecido perfecta para ponerla en práctica cada día y no te llevará mucho tiempo. Es una buena ayuda para comenzar la jornada con buen pie, te sentiras más tranquilo y relajado.